Complicaciones del parto prematuro
Los bebés que nacen antes de la semana 37 de gestación se consideran
prematuros. Las madres que tienen a su bebé antes de tiempo suelen estar
asustadas y nerviosas. Los recién nacidos prematuros enfrentan un mayor riesgo
de una o más complicaciones.
Las complicaciones más comunes de los partos prematuros
El riesgo de complicaciones aumenta cuanto antes nace el bebé.
A continuación se muestra una lista de las complicaciones más comunes
que puede experimentar un recién nacido prematuro:
- Pulmones inmaduros: la mayoría de los
bebés tienen pulmones maduros a las 36 semanas de gestación. Sin embargo, dado
que los bebés se desarrollan a ritmos diferentes, existen excepciones. Si una
madre y su médico saben que el bebé podría nacer antes de tiempo, se puede
realizar una amniocentesis para verificar el nivel de madurez de los pulmones.
En algunos casos, se administrará una inyección de esteroides al bebé antes del
parto para acelerar el desarrollo de los pulmones. La principal preocupación en
los casos de parto prematuro es el desarrollo de los pulmones del recién
nacido.
Los pulmones inmaduros se asocian con las siguientes complicaciones:
- El Síndrome de Dificultad
Respiratoria provoca respiración áspera e irregular y dificultades debido a la falta
de un agente específico (surfactante) en los pulmones que ayuda a evitar que
los pulmones colapsen. El tratamiento implica uno o más de los siguientes:
oxígeno suplementario (a través de una campana de oxígeno), uso de un
respirador (ventilador), presión positiva continua en las vías respiratorias,
intubación endotraqueal y, en casos graves, dosis de surfactante.
- La taquipnea transitoria es una respiración rápida y superficial. Esto puede ocurrir tanto en bebés prematuros como en bebés nacidos a término. La recuperación suele tardar tres días o menos. Hasta que el recién nacido se haya recuperado, se pueden modificar las alimentaciones y, en algunos casos, se pueden realizar alimentaciones intravenosas. Por lo general, no es necesario ningún otro tratamiento.
- La displasia broncopulmonar ocurre cuando los pulmones de un bebé han mostrado evidencia de deterioro. Desafortunadamente, cuando los prematuros se colocan en un ventilador (también conocido como respiradores), sus pulmones todavía están inmaduros y, a veces, no pueden soportar la presión constante del respirador.
- Los prematuros que han estado en un respirador por más de veintiocho días tienen riesgo de desarrollar Displasia Broncopulmonar. Los prematuros pueden recuperarse de esta condición, pero algunos tardan más en recuperarse que otros.
- Neumonía: las complicaciones con problemas respiratorios relacionados con la prematuridad pueden provocar neumonía. La neumonía es una infección en el área del pulmón involucrada en el intercambio de dióxido de carbono y oxígeno. Provoca inflamación, lo que reduce la cantidad de espacio disponible para el intercambio de aire. Esto puede resultar en cantidades inadecuadas de oxígeno para el bebé. El tratamiento puede incluir antibióticos, oxígeno suplementario e intubación. Si no se trata, puede convertirse en una infección mortal o provocar sepsis o meningitis.
- Apnea y Bradicardia: La apnea es la
ausencia de respiración. En la unidad de cuidados intensivos neonatales sonará
una alarma si un recién nacido desarrolla un patrón de respiración irregular
con pausas de más de 10 a 15 segundos. La bradicardia es la reducción de la
frecuencia cardíaca.
También sonará una alarma si la frecuencia cardíaca del recién nacido
cae por debajo de 100 latidos por minuto. Por lo general, un pequeño golpecito
o un simple roce en la espalda ayuda a recordar al bebé prematuro que debe
respirar y también aumenta la frecuencia cardíaca.
- Infección: es posible que un
bebé prematuro no pueda resistir ciertas infecciones. Para su propia
protección, el bebé se coloca en una incubadora para brindar protección contra
estas infecciones.
- Ictericia: un color de piel amarillento causado por la acumulación de sustancias en la sangre llamadas bilirrubina. El tratamiento consiste en colocarse bajo una luz de bilirrubina. El tratamiento se llama fototerapia. El trámite puede tomar de una semana a 10 días.
- Hemorragia intraventricular: los bebés que nacen
antes de las 34 semanas tienen un mayor riesgo de sangrado en el cerebro porque
los vasos sanguíneos inmaduros pueden no tolerar los cambios en la circulación
que tuvieron lugar durante el trabajo de parto. Esto puede conducir a
complicaciones futuras como parálisis cerebral, retraso mental y dificultades
de aprendizaje. La hemorragia intracraneal ocurre en aproximadamente 1/3 de los
bebés que nacen entre las 24 y 26 semanas de gestación.
Si se identifica un trabajo de parto prematuro y es inevitable, existen
medicamentos que se pueden administrar a la madre para ayudar a reducir el
riesgo de hemorragia intracraneal grave en el recién nacido.
- Incapacidad para mantener el
calor corporal: un bebé prematuro nace con poca grasa corporal y piel inmadura, lo que
dificulta el mantenimiento del calor corporal. El tratamiento implica
incubadoras para proporcionar calor.
- Sistema gastrointestinal y
digestivo inmaduro: los recién nacidos prematuros nacen con sistemas
gastrointestinales que son demasiado inmaduros para absorber los nutrientes de
manera efectiva. En tales casos, reciben sus nutrientes iniciales a través de
alimentación intravenosa. Esto se conoce como nutrición parenteral total.
Después de unos días, los recién nacidos pueden ser alimentados a través de un
tubo con leche materna o fórmula porque es posible que aún no tengan la capacidad
de tragar o succionar por sí mismos.
- Anemia: esta es una afección médica causada por concentraciones anormalmente bajas de glóbulos rojos. Los glóbulos rojos son importantes porque transportan una sustancia llamada hemoglobina, que transporta oxígeno. La mayoría de los recién nacidos deben tener niveles de glóbulos rojos superiores a 15 gramos. Sin embargo, los bebés prematuros corren un alto riesgo de tener niveles más bajos. Si la anemia es grave, el tratamiento puede implicar una transfusión de glóbulos rojos al recién nacido.
- Conducto arterioso permeable: este es un
trastorno cardíaco que provoca dificultades para respirar después del parto
debido a un vaso sanguíneo abierto llamado conducto arterioso. Durante el
desarrollo fetal, el conducto arterioso está abierto para permitir que la
sangre se desvíe de los pulmones hacia la aorta. Un feto produce un compuesto
químico llamado prostaglandina E, que circula por su sangre manteniendo abierto
el conducto arterioso.
Cuando llega a término, los niveles de prostaglandina E caen y el
conducto arterioso se cierra, lo que permite que los pulmones del bebé reciban
la sangre necesaria para funcionar correctamente después del nacimiento. En el
caso de trabajo de parto prematuro, la prostaglandina E puede permanecer en el
mismo nivel causando un conducto arterioso abierto. El tratamiento consiste en
un medicamento que detiene o retarda la producción de prostaglandina E.
- Retinopatía del prematuro: este es un
trastorno ocular potencialmente cegador. Afecta a la mayoría de los bebés
prematuros entre las 24 y 26 semanas de gestación, pero rara vez los afecta más
allá de las 33 a 34 semanas de gestación. Hay muchas etapas diferentes de esta
condición, y el tratamiento prescrito dependerá de su gravedad. Los tratamientos
pueden incluir cirugía láser o criocirugía.
- Enterocolitis necrotizante: esta afección
ocurre cuando una parte del intestino del recién nacido desarrolla un flujo
sanguíneo deficiente, lo que puede provocar una infección en la pared
intestinal. El tratamiento incluye alimentación intravenosa y antibióticos.
Solo en casos severos se considera necesaria una operación.
- Sepsis: esta es una afección médica en la que las bacterias ingresan al torrente sanguíneo. La sepsis a menudo trae infección a los pulmones y puede provocar neumonía. El tratamiento implica antibióticos.